
Sí, tan solo un breve inciso, pero es que me siento extrañamente alarmado por los derroteros que está tomando el mundo en cuanto al concepto de lo que es necesario para el bienestar de la sociedad y, en definitiva para el sano desarrollo del Ser Humano como especie social y racional.
Y llegados a este punto, quiero hacer especial hincapié en la particular psicología del lejano oriente y, por consiguiente al motivo de este post. ¿Qué está pasando en Japón?
Casi todos conocemos la mentalidad absurda del japonés medio, los sociólogos de garrafón (ya me entiende, Sr. Fogg) dicen que esta conducta se debe a la excesiva presión a la que se ven sometidos desde el colegio hasta el fin de sus días... con 15 miserables días de vacaciones al año y sin bares decentes donde no haya karaokes, ¿Cómo no van a estar desquiciados?... La vivienda por las nubes, el pescado crudo, las estudiantes venden su ropa interior usada a "coleccionistas" para pagarse el iPod, niños cabezones que se encierran meses en sus habitaciónes con la única compañía de su ordenador, horas de transporte público enlatado al vacío de casa al trabajo, jornadas laborales de 14 horas, etc, etc.... Y después de todo eso, que le parecería abusivo al mismísimo Stalin... pues después de todo eso aún les sobra tiempo para inventar esto:

Pues sí, una pistola que dispara osos de peluche que luego caen en paracaídas. Ríanse ustedes del
Potato launcher y derivados, ¡Una pistola que dispara osos de peluche con paracaídas!, insisto ¡osos de peluche! En fin, un motivo más para ir (o no ir) a Japón. Que Dios (o Budah) nos ayude.
Por cierto, debo decir que parece ser que en Japón es costumbre, en vez de tirar arroz, lanzar peluches a los novios, con la consiguiente hilaridad. Sinceramente dudo mucho que sea una tradición milenaria, y estoy seguro que en otro tiempo se tienen que haber hinchado de tirar arroz, que era lo único que tenían, pero bueno, todo evoluciona, ¿no? Por otro lado, no me imagino hacia dónde puede evolucionar la tradición en España si seguimos los mismos procesos evolutivos ¿qué tiraríamos? ¿tomates? ¿tortillas de patatas? ¿aceite de colza? La imaginación es el límie...

PD. Por favor, imagináos la escena, miles de osos de peluche descendiendo del cielo con sus paracaídas abiertos, dispuestos a conquistar el planeta, mientras una especie de Fu-Manchú los lanza desde lo alto de la torre más alta del castillo más alto en la montaña más alta mientras ríe... Ah, Dick, deberías haber vivido para ver esto, ¿y tú creías que el LSD era la repuesta?
Jones.