martes, 19 de septiembre de 2006

Adios, Mr. Fogg, adios...

A petición del sector más vil de la concurrencia, aquí tenemos una propuesta de despedida virtual para Mr. Fogg, que como buen castellano, se casa en orden con Dios, El Rey y España, como en el fondo es más parecido a Gary Gigax que al Cid Campeador, he aquí nuestro tributo.




PD. Nos informan que en en minuto 1:34 sale LordLowis ¿¿??

Jones.

lunes, 4 de septiembre de 2006

Capitán Ala......Mierda

Mucho se habla del cine español, de por qué no va la gente a verlo, de la falta de apoyo institucional, de la tiranía de las empresas de distribución que sabotean a las películas españolas y de lo incultos que somos los españolitos de a pie por preferir las ensaladas de tiros y las comedias ñoñas americanas a los productos patrios.

Reconozco que yo soy uno de esos incultos incapaces de apreciar la belleza de las películas de Almodóvar y del resto de personajes de la CULTURA (con mayúsculas), que tan fielmente retratan la sociedad española, en la que abundan los homosexuales, locas, vagos y progres y dónde todo el que no es progre y de izquierdas es un pijo o un anormal, educado en el Opus Dei y acomplejado sexualmente por falta de contacto carnal con miembros del sexo opuesto.

Como yo no me distingo por mi talante progresista precisamente, no puedo apreciar la belleza de dichas películas. Lo curioso es que ni yo ni la mayoría de los españolitos de a pie las apreciamos, porque las películas no las ve ni el que maneja el proyector.
Por eso me pregunto si la gente no ve cine español por ser ignorante si no porque el cine español es en su mayoría una inmundicia de tamaño ciclópeo (léase una mierda como el sombrero de un picador)

Esto viene a colocación de que el pasado viernes 1 de septiembre fui a ver el estreno del Capitán Alatriste, obra del inefable y prepotente Pérez Reverte.
Al haber leído una novela del Capitán Alatriste y después de ver la promoción que Telecinco había llevado a cabo de la película, tenía la esperanza de ver cine español del que me gusta, de acción, con un buen guión y una trama bien urdida e ingeniosa, porque a pesar de detestar a Pérez Reverte hay que reconocer que las novelas que escribe son de una calidad más que aceptable.

Henos aquí, a la Sra Fogg y a un servidor que nos fuimos muy ufanos y llenos de ilusión al estreno del film junto con otras tres víctimas.
Después de 2 horas y media de martirio (el último cuarto de hora parecía no querer discurrir) terminó la denominada película, que no deja de ser un documental de la vida del Capitán Alatriste. Una sucesión sin sentido de escenas, líneas argumentales inconclusas y escenas de lucha de calidad mediocre (siendo generosos)
En la película asistimos a un resumen, mal resumen, de todos los libros publicados hasta la fecha del soldado español (esto me lo comentó la Sra. Fogg que se ha leído todas las aventuras del viejo soldado de los Tercios) pero tratados sin profundidad y de pasada.
Lo que cualquier otro director habría convertido en una pentalogía, aquí queda reducida una película de duración infumable.

Conste que creo que tampoco nos merecíamos una serie interminable de secuelas hasta Alatriste V, la Comunidad del Botijo, pero puestos a hacer negocio, que es de lo que se trata al fin y al cabo, el Sr Pérez Reverte podría haber escrito un guión original, de una aventura nueva, que después de la película podría haberse sacado en papel, como hacen muchas productoras.
Dicho esto llego a la conclusión que el problema del cine español son las personas que viven de él, acostumbradas al lloriqueo y a las subvenciones estatales para enmascarar una falta de talento y de capacidad para entretener del tamaño del ego de algunos de ellos.
Cuando sus producciones son un fracaso, en la mayoría de los casos, es necesario buscar un culpable externo, en este caso el público. Por ello me gustaría que todos estos autodenominados "artistas" se preguntasen si el problema es que no saben entretener al público, y eso que estamos en un país en que el ver a 11 energúmenos encerrados ne una casa haciéndo el imbécil puede tener pendiente a más de 10 millones de personas delante del televisor.

Pasará mucho tiempo antes de que me vuelvan a engañar y vaya a ver una película española.