martes, 13 de marzo de 2007

MUSEUM HR GIGER

Ah! Sr. Batty, ¿cómo iba a obviar algo así? La visita al Museo Giger se merece un post para ella sola.

Antes de nada, para los iletrados que desconozcan la obra del maestro Giger, sólo decirles que saltó a la fama en 1979 como director artístico de la película Alien, el 8º pasajero, fue el creador de los decorados, pinturas de fondo, diseño de escenarios, trajes y por supuesto la "criatura", el Alien.
Posteriormente fue llamado para hacer lo propio con la película Dune, en colaboración con Alexander Jorodowsky (otro enajenado mental de cuidado), pero finalmente abandonó el proyecto para dedicarse a Alien's. Jorodowsky cedió la dirección a Lynch y nos quedamos sin ver a Salvador Dalí vestido de Leto Atreides (por ejemplo). En cualquier caso, H.R. Giger (también amigo de Dalí) se puso manos a la obra con James Cameron, después colaboró con Spielberg para los primeros storyboards de Poltergeist II, o igual fue antes, da lo mismo, porque no se volvió a saber nada hasta el estreno de Species (con Natasha Hestridge!), y más tarde Species II, para volver una vez más a las andadas en Alien 3 de David Fincher, el de Seven y por último en Alien Resurrección, una peli de baloncesto, bichos y franceses (parte del equipo que hizo La ciudad de los niños perdidos, Delicatessen o Amelie.

Aparte de estas "hazañas" cinematográficas que le valieron un Oscar por los efectos de Alien, se dedicó a sus cositas, vamos a pintar tonteridas españolas, que es lo que se le da bien, diseñó el logo de los "Hell Angel's", hizo la baraja "Giger's Tarot" y se montó un museo en un pueblecito de Suiza. Vamos a ello.



El Museo está enfrente del Giger's Bar, un bar decorado al más puro estilo Harkonnen, con bóvedas vertebradas, mesas y sillas importadas de Geidi Prime, ambiente oscuro, a pesa de las múltiples ventanas en arcos vertebrados de medio punto que hubieran hecho las delicias de Ripley y su lanzallamas. Lámparas en forma de cabeza de Alien invertida, paredes esculpidas de neonatos purulentos y llagados, de ojos abotargados y miembros tullidos te observan mientras te tomas un CocaCola y miras las montañas españolas en la llunyania, o algo. No es especialmente caro (pensaba que iba a serlo más) y aunque está muy recargado tampoco es pequeño, eso sí, viendo las fotos de la web, sin duda parece infinitamente más grande, virguerías de gran angular. Sea como fuere, es un sitio impresionante en su concepción.



En cuanto al museo, lo mejor para hacerse una idea es la Visita Virtual disponible desde una de las Webs oficiales de H.R. Giger, ya que puedes recorrer prácticamente todas las salas que hay, aunque no puedes acercarte a algunas de las zonas más interesantes como la vitrina donde yace dormido en la sumergida Riy.... digoooooo, donde reposa el imponente traje utilizado en la película Alien, el 8º pasajero, traje de más de 2 metros de altura, en la misma sala, bocetos, storyboards y aerografías de la película, y en el techo en actitud de dejarse caer sobre el visitante embobado y esbelto ejemplar de Aliens, por supuesto también a tamaño real tallado en poliéster y fibra de vidrio de color negro. En otra vitrina la cabeza de en monstruo de Alien 3, con un espejo en la base para poder apreciar los complejos mecanismos y cables que accionaban los movimientos de la mandíbula, las babas, la lengua y la boca interior, impresionante.
En la misma planta del castillo se hallan las salas de aerografías, la seria de Giger's Tarot, la serie Giger's Necronomicon y los famosos cuadros de Li Tober, su pareja durante 9 años que acabó suicidándose comiendo pan bimbo con Nocilla hasta sufrir un colapso diodenal.
Al pie de la escalera que sube a la segunda planta está una escultura en silicona, plexiglas y metal de la alienígena de Species, y enfrente una vitrina con la estatuilla ganada por los efectos visuales de Alien, es curioso, visto de cerca un Oscar emite cierto aura extraño, demasiado cine... (y sí, pensé en robarlo durante un segundo)-.
En la planta superior se extienden las salas dedicadas a las muchas colaboraciones cinematográficas realizadas, siendo la más importante -después de Alien, claro- Dune, mientras Jorodowsky iba a dirigir la película Giger se hacía cargo de todo el material gráfico, que partía de unos bocetos previos de Moebius. Cuando pasó a manos de Lynch, Giger se fué con Jorodowsky a casa a comer paella y dejó el proyecto. Especialmente espectacular es la sala Harkonnen, con la mesa y las 6 sillas de plexiglás negro pulido, incluyendo la silla del Barón Vladimir Harkonnen, con 3 cráneos superpuestos en el respaldo. La mesa debe medir unos 3 metros de largo y el conjunto es realmente espectacular, una copia en fibra de vidrio es la que hay en el bar.



Al lado de la mesa, hay un tren con varios vagones todo entero realizado con huesos y cráneos de animales, digno de la primera parte de Horror en el Orient Express, los que la hayan jugado, ya me entenderán, l conjunto medirá unos 4 metros más o menos. En la sala contigua hay dos réplicas de sillas Harkonnen para que la gente descanse y todo el material gráfico de Poltergeist II y Species.
Hay una tercera planta (la buhardilla) con la colección privada del Sr. Giger con obras de otros artistas -de tendencias bastante parecidas a las suyas- algunos de ellos de los años 30-40. En esta planta también hay una pequeña sala para ruedas de prensa. Las vistas desde las ventanas de esta planta son espeluznantes, por decir algo, pero realmente vale la pena subir aunque sólo sea por eso.



Una vez abajo de nuevo, volvemos a la entrada, donde está la tienda del museo, con muchísimas cosas ultracarísimas y ultrafuckers que te gustaría tener, pero tu vida de currito no te lo permite, como una réplica del conjunto de sillas y mesa Harkonnen (a escala, aunque también vende las sillas bajo pedido al módico precio de 12.000 euros cada una), esculturas de varios tipos, un soporte para micrófono cromado, una guitarra Ibañez serigrafiada por él, bocetos, serigrafías, litografías, posters, joyería, camisetas y mil friqueces más, en una sala anexa hay otro Alien trepando por la pared (antes estaba en la fachada del castillo) y varias vitrinas con dibujos más, también son dignas de mención las puertas del aseo, ya las quisiera yo para el mío, o mejor, para el coche!!

Y eso es todo, pálidos mamíferos domesticados, una visita irrepetible, tremebunda y ciclópea que hace años, cuando en el instituto rumoreábamos Mr. Batty y yo acerca de la existencia de dicho museo, nunca hubiera imaginado hacer. Realmente para ir a un sitio y descubrirlo, sólo hace falta ponerse en camino.

Jones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jones, llevaba tiempo sin poder pasar por aquí... muy interesante el post, me has dejado con ganas de acercarme por allí...

Bueno, este fin de semana al cine a ver 300, por fin!

Lord Lowis dijo...

¿Vendían blandiblub como baba de alien?
Eso Roy, a ver 300 tios sucios, sudados y con taparrabos (esta frase hará las delicias del Dr. Maldedades, ya estoy esperando su fino comentario).

Saludos y 300 Ni`s

Anónimo dijo...

"300 Tios Machotes"

La vi ayer en el preestreno.

Hay una escena "SuperDivinaDelaMuerte", solo con deciros que el Rey de los Persas ( por cierto finalista de la Gala Drag Queen del Carnaval de Tenerife) "engancha" por detrás al Rey de Esparta.

Solo le falta el efectos de transición de "pasar página", para ser igual que una novela gráfica.

No me disgustó, sobre todo teniendo en cuenta que era gratis.

Anónimo dijo...

jojojo que bueno!! yo estuve la semana pasada aprovechando la estancia de una semanita en un pueblo de la Selva Negra Alemana.
Tuve que pillar 5 un total de trenes hasta llegar a Gruyeres pero el viaje merecio la pena, este Giger es brutal XD